Hay muchas personas hablando en esta escritura. Palabras recogidas en los comentarios que el alumnado realiza en las clases y en los encuentros de intercambio de ideas con un equipo de mujeres con quien comparto esta vocación.
También concurre en ella el discurso de los maestros, que han sido muchos, por lo que espero no cometer apropiaciones indebidas, sobre todo cuando se ha encarnado la palabra escuchada.
Si bien me hago responsable de lo que aquí está escrito, no creo estar autorizada para firmarlo en exclusiva. Por ello la continua alternancia entre la primera y tercera personas del singular y del plural, de las formas verbales intransitivas, transitivas y pronominales no debe ser entendida como una falta de rigor de estilo. A veces hablo yo, a veces nosotras, a veces otras y a veces ese tercero que me despierta pensamientos desconocidos, como dice Claude Lévy Strauss refiriéndose a los mitos y a su propia obra:
“Recordarán que alguna vez escribí que los mitos despiertan en el hombre pensamientos que le son desconocidos…. yo creo que ella describe una experiencia vivida, precisamente porque explica el modo como yo percibo mi relación con mi propia obra. Es decir, mi obra despierta en mí pensamientos que me son desconocidos”. (1)
Puedo sentir que tanto en la escritura como en las clases se produce un estado de disposición en el que la palabra y el movimiento preceden, atraviesan y suceden, sin contar con la intención propia, aunque sí con la disponibilidad. Algo semejante a lo que le ocurre al artista e incluso al intelectual. Lévy Strauss dice:
“Creo que es significativo el hecho de que ni siquiera tengo la sensación de haber escrito mis libros. Por el contrario, siento que los libros son escritos a través de mí y luego, cuando terminan de atravesarme, me siento vacío: nada ha quedado en mí…. Cada uno de nosotros es una especie de encrucijada donde suceden cosas, encrucijadas que son totalmente pasivas: algo sucede en ese lugar. Otras cosas igualmente válidas suceden en otros puntos. No existe opción, es una cuestión de probabilidades”. (1)
Tomando prestada la expresión “encrucijada pasiva” y asumiendo ese lugar, dejo que lo nombrado y lo escuchado se atraviesen en esta escritura, con agradecimiento especialmente sentido a todas las voces presentes. Una escritura que oscila entre la biología y la poética, recogiendo algunos de los discursos que construyen el cuerpo.
1) Lévy Strauss, C.: “Mito y Significado”Alianza Editorial, Madrid, 1999. Pág. 21-22